Quiénes Somos
«Universo en Seis Colores, es la comprensión de una forma de vida que se basa en el ecosistema circundante a cada territorio que habla del arte textil mapuche. Es hablar de botánica, de historias de vida, de ética del trabajo, de vida social y religiosa, y de todos los rasgos culturales que revelan la profundidad y amplitud de la cosmovisión.»
Como Fundación, reconocemos que el Arte Textil va más allá de su materialidad, conforme a su inmanencia como un sujeto material activo que se crea, transforma y configura a partir de las manos de las tejedoras. De este modo queremos dar a conocer y comunicar el arte textil desde sus propias creadoras, sus lazos entre la elaboración textil, sus propias técnicas empleadas y las diversas cadenas de producción de los textiles.
Desde dónde hablamos ...
Este texto, busca generar conciencia del estrecho vínculo que existe entre las personas que habitan históricamente un territorio, su vínculo con el mismo, la lectura, y el uso cultural que son capaces de generar a partir de la observación de la naturaleza, de su ecosistema, en este caso lo enfocamos al ámbito textil.
Además de concientizar respecto al delicado equilibrio y reciprocidad que conforman esta triada conformada por personas, territorio y cultura, la íntima relación que tiene la naturaleza con el ser humano que habitan estas tierras y como eso genera cultura. Es aquí donde a la vez, convergen áreas como la ecología, antropología sociocultural, diseño, química, tecnología en toda la cadena de producción donde vislumbramos una forma de vida filosófica donde la persona es un elemento más del ecosistema general y donde hay deberes y obligaciones para la mantención del mismo y su perpetuación, creando un diálogo recíproco que muchas veces se ve quebrantado por las políticas de estado.
A nivel de políticas de Estado hemos sido testigos que en el país se ha priorizado históricamente la inversión económica, subyacente de acuerdos políticos ideológicos, acorde a la figura formada y creada de ser un país de materias primas lo que ha fundamentado la aplicación de inversiones y líneas empresariales que se han instalado en los territorios a gran escala, ignorando y subvalorando los alcances reales de la trilogía hombre, territorio y ecosistema.
El textil es una parte de la expresión cultural, pero nuestro alcance va a las personas a su diario vivir a sus necesidades, penas y deseos que se vinculan a su existencia, su bienestar, disgregamos identificando a cada persona y trabajando por el bienestar individual para en última instancia recrear comunidades. El proceso productivo completo de la textilería es muy largo y el costo de este proceso no es bien remunerado puesto que aún se mantiene en el imaginario como parte de las labores campesinas cotidianas, restándole el valor económico a cada una de las etapas y restándole el valor a la cadena productiva. Entonces caemos en la dicotomía de la relación costo/tiempo del proceso.
Hoy en día, existen sectores que al haber perdido sus bosques, han perdido también la materia prima que les permite crear sus tintes, comunidades en las que sus textileras recurren a tintes químicos para el teñido de sus lanas, alterando de esta manera no solo los procesos naturales del proceso si no también los aspectos significativos y simbólicos de los productos
La “tradición oral tintórea”, está estrechamente relacionada con los ecosistemas donde se insertan, por lo tanto, el impacto ambiental que ha afectado al bosque nativo en estos últimos años incide directamente en la permanecía y continuidad de esta tradición cultural.
Desde la Fundación, identificamos la Resistencia como un proceso histórico territorial permanente, permeado por innumerables hechos consumados de despojo, invasión, relegación y discriminación que se han mantenido hacia las comunidades indígenas y campesinas del territorio sur del país.